Libros
LETRAS DEL ARTE JONDO
EN EL CURSO DE LA LÍRICA TRADICIONAL HISPANA
Por las orillas de toda una vida profesional,
culminada como Secretario General
de la Asamblea Regional de Murcia…
al filo de madrugadas clandestinas de arte jondo
y de días de música clásica y gran literatura,
se desbordaba sin estrépito
la potencia artística de Ginés Jorquera.
Orillas por donde emanaban
sus dibujos, su poesía y su poética.
Tradición creativa, presente en este libro,
que viene de muy lejos y de muy hondo,
porque ha sido forjada hispana, mixta y morena,
desde un lejano occidente y un oriente fundadores.
Vena creativa tradicional española
que se nos revela culta y popular,
expresionista y barroca en sus mejores logros,
sean en literatura, en música o en artes plásticas.
Y fundida esa corriente con una vocación social
de realismo y presencia categórica del pueblo.
Tan arraigada en las letras
y las artes españolas de todos los tiempos
como ausente en la producción artística
de otras naciones.
PRESENTACIÓN DEL LIBRO
Letras del arte jondo de Ginés Jorquera
Asamblea Regional de Murcia. Cartagena
Génesis García. 1 de julio de 2021
Vídeo del acto de presentación del libro
Presentación del libro “Letras del arte jondo” de Ginés Jorquera, en la Asamblea Regional de Murcia en Cartagena, contando con la intervención de la editora del libro, Génesis García, el presidente de la Asamblea Regional de Murcia, Alberto Castillo y el presidente de la Fundación Caja Murcia, Carlos Egea.
Transcripción del discurso de Génesis García
Voy a empezar mi intervención con un memorial de gratitudes vividas el día en el que murió Ginés Jorquera, el 31 de mayo del año 2020, retirado como Secretario General de esta Asamblea, después de haberlo sido del Ayuntamiento de Cartagena y de La Unión. Pero el tiempo teje rápidamente un manto de olvido sobre los protagonistas de la función pública. Y más en su caso, con su rotunda “vocación de anónimo”, tal y como una vez se lo dijera la Alcaldesa de Cartagena, en vista de que rechazaba colocarse en los lugares preferenciales que el protocolo le asignaba. Afectados además por dificultades de aquellos días, yo hubiera comprendido la ausencia de recuerdos. Pero al recibir, junto con el homenaje de esta casa y su presidente, tantos testimonios de pésame, flores y presencias que inundaron la sala de duelos, me di cuenta de que los años de aislamiento no habían disipado la fuerza del afecto personal hacia Ginés Jorquera. Me lo dijo una amiga clarividente, que se sienta hoy en esta sala, y que lo quería tanto como lo admiraba: “Es que su nombre funciona solo, dices Ginés Jorquera, así, de una vez, y ya significa conocimiento cordial y tan caballerosa lealtad que se ganaba el cariño respetuoso e incondicional por parte de todos cuantos lo conocimos”.
La inteligencia de Ginés se recreaba en la paradoja, de la que en este libro hay buenas muestras, en rimas como estas:
Pa cantar a tono
con la perra vía,
Auserón Santiago llamarse Juan Perro
decidió un buen día.
En comedio la escalera
te dicabé el otro día,
y aún sigo yo cavilando
si bajabas o subías.
Ese gusto intelectual por la ironía, conocido por todos, hizo una vez cortocircuito con su rotunda fidelidad institucional, dando lugar al más célebre de sus silencios. Esta Asamblea se construía ante la perpleja mirada de los cartageneros, antes de poder verla como hoy la vemos: un todo que integra la variedad mediterránea de sus componentes, una unidad hacia la que sus variantes convergen. Pero hasta un miembro de mi tribunal de doctorado, al que traje aquí de visita, contemplando las galerías, la escalera y el patio, después de haber visitado el hemiciclo, sin holística ninguna, me dijo muy solemne: “Es la primera vez que veo algo en que la suma de las partes no es igual al todo”.
Era una forma erudita de decir lo que chocaba tanto a la gente por lo novedoso y mezclado de su estilo, que no se hablaba de otra cosa en la ciudad: un terreno de chistes malejos en el que Ginés tenía materia donde depositar el ingenioso brillo de algunas de sus conocidas paradojas*. Por eso su silencio resultaba sonoramente “activo”. Y una tarde, estábamos sentados en un café en la Plaza del Ayuntamiento, cuando el funcionario poeta Arsenio López Morado se acercó a nosotros, y, muy alto y muy serio, al saludar a mi marido y le espetó directamente: “Ginés, se te acusa de que te gusta la Asamblea”
Sí. Qué gran verdad. Le gustaba la Asamblea. Sobre la base de una lealtad institucional que lo delimitaba por sus cuatro costados. Y aquí estoy, poniendo voz a la personalidad del que fuera su Secretario general, el autor de este libro que contiene su impulso creativo y su carácter, a ratos su biografía y, siempre, su talento artístico, como vemos en algunos de los dibujos, de los que, a lo largo de sus días, hacía por doquier. Porque cuando Ginés Jorquera no estaba escribiendo, estaba dibujando**.
Las gratitudes a colaboradores, editores y artistas plásticos están escritas en el libro: a todos, gracias. Aquí quiero darlas, en mi nombre y el de nuestras familias, al anfitrión de este acto, don Alberto Castillo Baños, Presidente de la Asamblea Regional. Que accedió a la petición del patrocinador del libro, la Fundación Cajamurcia, cuyo caballero andante ha sido don Julio Mínguez Pelluz. Quien ha ido encontrando en su director general, don Pascual Martínez Ortiz, la fidelidad que los años de gestión de este libro ha requerido.
Doy las gracias a don Enrique Arnaldos, por la amistosa y eficaz colaboración para que todos estuviéramos aquí bien recibidos. Y agradezco mucho que don Carlos Egea Krauel, Presidente de la Fundación Cajamurcia, se siente en esta mesa haciéndonos el gustoso honor de su presencia y de su palabra.
Celebro ver entre nosotros a don Miguel Ángel Celdrán y a don Sixto Monteagudo, ex presidente y presidente de la Peña Flamenca de Cartagena, de cuya Junta salieron las primeras propuestas para la publicación de la obra de Ginés Jorquera: “Fue fácil aprobar aquella iniciativa, ha escrito Sixto Monteagudo para este acto, porque contábamos con Ginés Jorquera, un maestro de ética y moral dotado de una increíble creatividad por todos los palos del arte jondo; y contábamos con Génesis García, analista y divulgadora de este arte que ha hecho posible que este tesoro de la poesía flamenca vea la luz”. La Junta, algunos de cuyos miembros están aquí con nosotros, aprobó también crear un concurso de letras con el nombre de Ginés Jorquera, para recoger “a millares” las perlas del arte jondo.
A todos los presentes, Diputados de esta Asamblea y amigos todos, muchas gracias por vuestra compañía, tan cordial. Y, me alegra tanto como me conmueve la presencia de don Pedro López Millán, Alcalde de La Unión, donde Ginés y yo tanto hemos vivido. Y cierro estas gratitudes trayendo aquí el nombre de don José María Pozuelo Yvancos, autor de las críticas literarias publicadas en La verdad y en Zenda. Porque ha sido mucho más que críticas literarias. Porque, sin saberlo él, fueron una respuesta a mi demanda. Dado que yo, como editora, solicité los trabajos que ahorman este libro, el de don José Martínez, que se encuentra entre nosotros, y el de don José Javier León, enfoqué mi propio análisis interpretativo y estructuré su temática con una intención determinada: prepararlo para que llamara dignamente a la puerta del saber académico. Y ha sido Pozuelo Yvancos quien le ha abierto esa puerta.
* Algo que puede verse...
en el Boletín Underground que escribía e ilustraba de forma paralela al oficial de sesiones de la Asamblea.
** “Escribes más que “El Tostado”,...
le decía Quico Lauret comparándolo con el eminente y prolífico Alonso Fernández de Madrigal, Obispo de Ávila.
Yo hubiera querido referirme aquí a los contenidos literarios y sociales y políticos de estas Letras del arte jondo. Y especialmente, por estar en la Asamblea de Murcia, al Cádiz de las Cortes, a la patria constitucional, a las seguidillas del 23 F que advierten “Guardo mi casa con dos leones…”, a los martinetes y tonás, juguetillos y cantiñas de la libertad. Y, por estar en nuestra ciudad, a la “épica comarcal” recreada en Santa Lucía y Cartagena, con su mar y su sierra; y en La Unión, con sus arrieros y sus mineros chicos y grandes, en quintillas dedicadas a cuestiones laborales y del jornal. Pero, dados el vínculo y el recuerdo de Ginés que aquí nos unen, mis palabras están siendo antes un homenaje a su autor que a la naturaleza literaria del libro. No obstante, tomaré unos minutos para referirme al proceso histórico que ha hecho posible que esta obra esté sobre esta tribuna, un hecho impensable algunos años atrás.
El caudal poético de este libro brota del mismo fondo antropológico del que fluye toda la lírica tradicional española, con un diferencial muy potente respecto a la de las otras naciones europeas, porque es la única que, siendo culta, nunca despreció lo popular. Una poesía sin parangón, precisamente porque toca el cielo con las manos untadas del fango del suelo que le sirve de levadura. Fluente tradicional de agua y de tierra y de sangre, amasadas con el espesante púrpura del conocimiento: es la “sabiduría jonda”, que llega hasta este libro escrito con palabras hispanas, gitanas e indianas. Y que contribuye a retirar los velos detrás de los cuales la gran lírica española primero y, su derivada, la lírica flamenca después, estuvieron ocultas.
El primer momento de ocultamiento fue decretado en el silgo XVIII por la cultura ilustrada, dominante bajo la nueva dinastía vencedora, que se mostraba despreciativa ante la gran literatura de nuestros siglos de Oro, oscuros para el de las Luces que, desde Francia, venía a alumbrarnos. El resultado fue no solo el manto de silencio sobre nuestros clásicos, de lo cual advertía don José Amador de los Ríos y dejó escrito en su Introducción a la Historia crítica de la literatura española, publicada en 1861***, sino que el chorro popular que inyectaba en nuestra literatura descaro, desplante y pasión individual, quedó cegado. Y nuestra lírica, por aquellos años, colapsó****.
Silencio y desdén que desaparecieron con el Romanticismo, que se crecía reivindicando las líricas propias de cada nación. Sobre todo la española, que, en varias lenguas peninsulares, había sido la más rica de todas. Sin que se nos oculte tampoco que los románticos alemanes, de quienes procedía el caudal emocional que alimentó a los Machado, al ponderar nuestra literatura aurea también agradecían al pueblo español el haber sido el más fuerte ariete popular contra Bonaparte, de cuya ocupación las naciones de Europa, románticamente, se defendían. Por ello, la raíz tradicional de esta obra de Ginés Jorquera puentea el XVIII para entroncar con todo el mordiente jácaro de la gran lírica culta española, que se miraba sin prejuicios en la marginalidad guitona***** y maja, jácara y canalla del canto y el baile hispanos******:
“Se traza así en este libro, escribe Pozuelo Yvancos, un profundo vínculo con la tradición que los grandes poetas del Siglo de Oro, Cervantes, Quevedo, Góngora o Lope supieron atender, y que otros grandes filólogos españoles, como el exiliado Rodríguez Moñino, nos transmitieron”*******.
*** “Bastaría con leer el prólogo...
que hizo a la Historia crítica de la literatura española, de don José Amador de los Ríos, la primera que se publicó en España, en 1861, para observar tal dialéctica”, escribe en su crítica a este libro Pozuelo Yvancos. En 1848 Amador consiguió la Cátedra de Literatura de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Central de Madrid, donde tuvo por discípulos a Antonio Cánovas del Castillo, Emilio Castelar, José Canalejas, Leopoldo Alas «Clarín» o Marcelino Menéndez Pelayo.
**** Se produjo un cortocircuito...
entre lo culto y lo popular, afirma doña Elvira Roca Barea en su libro Fracasología, Premio Espasa 2019. Cp. 3 Cultura y literatura en el siglo XVIII. “La desconexión”.
***** Guiton, guitona,...
arcaísmo español evolucionado como gitano, gitana.
****** La lírica del flamenco...
“… no es ajena a una gran tradición que hunde sus raíces en el gran venero de la lírica tradicional española, que tanto gusto recopilara el sabio bibliófilo español ya citado don Antonio Rodríguez Moñino”, escribe en su crítica José María Pozuelo. Quien nos recuerda que “José Manuel Blecua padre, quien, a través de sus monumentales estudios sobre Quevedo conocía ese mundo de la lírica popular, lo primero que hizo al conocerme y saber que yo era de Murcia fue preguntarme por el ciezano don Antonio Pérez Gómez, poseedor de una espléndida biblioteca de pliegos de cordel. En http://dbe.rah.es/biografias/59351/antonio-perez-gomez Francisco Javier Díez de Revenga
******* Rodríguez Moñino (1910-1970)...
Gran recopilador del folklore a lo largo de toda su vida. Las fuentes del Romancero General, editor del Cancionero general de muchos y diversos autores de Hernando del Castillo, de cuando la lírica cortesana española convivía con la más solemne de influencia italiana. Compuso Moñino un Manual bibliográfico de Cancioneros y Romanceros impresos durante el siglo XVII y un Diccionario de pliegos sueltos. Siglo XVI. Blecua Teijeiro (1913-2003), especialista en el Siglo de Oro y especialmente en Quevedo, fue autor del Cancionero de 1628: edición y estudio del cancionero, publicado 1945 en la Revista de Filología Española y de una Antología de la poesía española: lírica de tipo tradicional, publicada en 1956 con Dámaso Alonso.
Pero…, los hijos liberales del siglo XIX, regeneracionistas mixtos de ilustrados y románticos, dando razones muy razonables, emprendieron una cruzada de salvación nacional contra la derivada más potente que nuestra lírica cantada y bailada había generado a esas alturas: el género flamenco. Leopoldo Alas “Clarín”, Francisco Rodríguez Marín y el más tardío Eugenio Noel, fueron tan defensores del folklore como tonantes antiflamenquistas. A finales de siglo, ya había sentencia: el folklore era declarado alma nacional; el flamenco era declarado canalla marginal. Un género ilegítimo porque eran los extranjeros quienes le daban preferencia identitaria cuando de simbolizar la nación española se trataba*.
Aquel desprecio social cedería ya el siglo XX, en la estela revolucionaria del vanguardismo musical, literario y pictórico que alboreaba. Liderada por Manuel de Falla, Federico García Lorca, “La Argentinita” y Zuloaga, entre otros muchos, en España se emprendía una nueva cruzada, pero ahora para dignificar socialmente el flamenco, un arte que las vanguardias adoraban por haber conservado en sus voces músicas milenarias y por su potente expresividad gestual. Cruzada reivindicativa que amplificaría la generación de los 50 y el grupo pictórico El Paso. Y que llegaría hasta nuestra Transición política**. Así, puedo afirmar que el Romanticismo fue a la reivindicación de la gran literatura tradicional española en el siglo XIX lo que fueron las Vanguardias artísticas a la reivindicación del arte jondo en el XX.
En esas alturas intelectuales, con García Lorca a la cabeza, quedó forjado el concepto de Cultura jonda. La cultura que ensalzaba la naturaleza musical y mitopoética del arte jondo, con Moreno Galván y Caballero Bonald y Carlos Saura entre tantos eminentes. Cultura jonda sin la cual la lírica flamenca habría desaparecido entre los escombros de los Cafés Cantantes. Y sin la cual no estaría aquí este libro, el último eslabón de esta cadena***.

* Desarrollado todo lo anterior en el trabajo...
master El flamenco en la batalla por la representación del alma nacional. Universidad Pablo Olavide. Génesis García. https://genesisgarcia.es/flamenco-memoria-y-libertad-cursos/flamenco-en-la-batalla-por-la-representacion-del-alma-nacional/
** En José Menese,...
la voz de la cultura jonda en la Transición española. Génesis García. Almuzara, 2018.
*** “Una de las lecciones que este libro arroja,...
termina escribiendo José María Pozuelo, es que en España no debimos descuidar algo que formó parte durante siglos de la lírica tradicional vehiculada por el cante: que lo culto y lo popular anidaron un maridaje que se ofrece en este libro de Ginés Jorquera, importante por eso”
Cuya presentación vamos a finalizar recordando cantadas algunas de las letras de Ginés Jorquera, un autor de alma ilustrada bombeada por su corazón amigo del pueblo. Letras que parafrasean el existencialismo doliente más quevedesco: la pasión por la libertad, el amor constante más allá de la no vida, la melancolía por el paso del tiempo y los caminos sin retorno…
Letras que nos traerán aquí no solo la ausencia más presente entre nosotros, sino que, fieles a la suma de lírica culta y popular que las caracteriza, nos traen a Quevedo y a Cervantes amigados por siglos de liturgia rezadora con Silverio Franconetti, El Tuerto la Peña y Paco la Perla. Fusionados todos en la voz jonda de Raquel Cantero. Cantaora a la que debo gratitud sin límites por habernos regalado como despedida estas siguiriyas, tonás y cabales de Ginés Jorquera, que estallan ante nosotros de tiempo eterno y de sentimientos universales.
A todos los presentes, y a todos los que no han podido estar aquí, aunque tanto lo deseaban, muchas gracias.
Me queo tan sólo
cuando tú no estás
que hasta el pensamiento, que me hacía compaña,
contigo se va.
(Siguiriya de Francisco la Perla)
Mi cuerpo en la tierra
polvito será,
y será ceniza que ha de camelarte
toa la eternidá.
(Cabal del Tuerto la Peña)
Cosita imposible
m’empeñe en lograr:
libertá en presidio y hasta salusita
en la enfermedá.
(Cabal litúrgica de Silverio)
Se quebraron los puntales
que mi casa sostenían.
Cosita ya no terelo
que pueda decir que es mía.
(Toná grande)
Caminitos sin camino
son los que tengo de andar,
que a toas partes señalan
y a ninguna parte van.
(Toná chica)
La cantaora Raquel Cantero
Audio del CD
Letras del Arte Jondo de Ginés Jorquera en la voz de Raquel Cantero
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CONSIDERACIONES ACERCA DE LOS ESTUDIOS QUE ABREN ESTE LIBRO
Génesis García
Las Letras del Arte Jondo de Ginés Jorquera se nos ofrecen como resultado de una fusión de la poesía culta con la popular. Es decir, con la misma naturaleza poética que toda la lírica tradicional hispana.* Pues bien, los dos estudios que presentan este libro ponen su foco en esas dos caras: de la cara popular se ocupa José Martínez, con gustosa preferencia; y de la culta, con afecto de buscador de tesoros cervantinos, lo hace José Javier León.
Ambas caras son soporte y vehículo de la «sabiduría jonda» de Ginés Jorquera, tal como la nombra y titula José Martínez Hernández, la que constituye el ideario de la Escuela Popular de Sabiduría Superior que quiso fundar el Juan de Mairena de don Antonio Machado. Quien aseguraba que para buscar la sabiduría no tenemos que acudir a nuestra tradición filosófica, sino a «nuestro folklore, o saber vivo en el alma del pueblo, del que procede también la verdadera poesía. Y este es el fundamento de la poética jonda de Jorquera, sigue escribiendo Martínez, quien «ha sabido heredar y recrear la clave poética popular, honda y sabia, adscrita a los universales del sentimiento, fondo último de la existencia que es de todos y de cada uno, capaz de condensar en unos cuantos versos una obra literaria o un tratado de filosofía».
De rastrear la tradición culta se ocupa José Javier León, de esa otra cara de la sabiduría jonda que el profesor granadino titula «Todas las coplas, toda una vida».

Cuyo primer párrafo funciona como secuencia de enlace con el siguiente estudio, puesto que engancha en la escuela de Juan de Mairena, tan admirada por José Martínez. Así, afirma José Javier León, Jorquera bascula entre los dos Machado, jugando, como Antonio en su poética, «con sutiles cambios de sentido sobre la pretensión de dejar la canción en la memoria de los hombres; al tiempo que dialoga con Manuel asintiendo en aquello de que «Las coplas se hacen para que sean cantadas, y, mientras tal cosa no suceda, quedan reducidas a meras efusiones intimistas».
Dependencia afectiva e ideológica con el krausismo machadiano en la que todos se encuentran: José Javier León con Ginés Jorquera y éste con Juan de Mairena, el grande amigo de José Martínez. En quien la llama de su impulso afectivo por el pueblo y todas sus causas está viva, en afinidad con la que alumbró el sentimiento social de Ginés Jorquera. Es por ello que José Martínez no puede ni quiere evitar el voltear y lamentarse por la humillación sufrida por la poesía popular, y más la intitulada como «flamenca», por la causa de un saber culto, «elitista y despreciativo».

Sin embargo, para fabricar el puente que necesitamos por el que regresar a nuestro hispanismo poético, hemos de precisar aquí que ese desprecio no procede en realidad de la tradición cultural española, sino de la cultura ilustrada. Cuya identidad con todo saber se produce porque la práctica totalidad de las instituciones académicas nacieron en España con la Ilustración, movimiento activista que, al mismo tiempo que aborrecía el aplebeyamiento popular de la aristocracia española, arrinconaba las instituciones y universidades y literatura y filosofía y escuelas de economía hispanas. Las que, por provenir de los Siglos de Oro de los Austrias, fueron acusadas de tenebrismo y oscurantismo. La misma Academia Ilustrada, la que tantos logros tuvo para la cultura española en otros campos del saber científico, fue la que se mostraba «rigurosa, elitista y despreciativa» ante lo popular y lo culto de la literatura española, a la que hubiera querido también borrar de nuestra tradición cultural.**
Aquel desdén ilustrado por lo popular empezó a mitigarse a partir del Romanticismo en general y del alemán en particular, romántico por antonomasia y por activista antinapoleónico. Que bien agradecía a España haber sido el mayor ariete popular contra Bonaparte, cuyo imperio se extendía civilizador bajo bandera ilustrada. Activismo poético herderiano que, al ser buscador del Volksgeist propio de cada nación, nos explica también por qué la reivindicación de la tradición nacional española se escribiera europea y romántica antes que española y postromántica:
«Y si recuperamos nuestra tradición cultural», escribe José Martínez, «fue por obra de románticos europeos, particularmente alemanes. Heine, Goethe y Schiller, en Inglaterra Lord Byron y Campbell y en Francia Victor Hugo o Alfred de Musset… Ellos trazaron el camino que después habrían de seguir en España Cecilia Böhl de Faber, Augusto Ferrán o Gustavo Adolfo Bécquer, que acuñan verdaderos manifiestos antiilustrados en la defensa de la menospreciada poesía, cantos y bailes y lenguajes de raíz popular hispana».
Tardío romanticismo español del siglo xix que empezó a respetar la sabiduría popular y cuya primera mano fue la de Agustín Durán,*** seguido de sus afines krau- sistas. Ellos condujeron a los Machado, y a todos los que les sucedieron en la empresa reivindicativa de lo popular nacional, hasta la fuente de la tradición hispana en la que saciaba su «sed» Juan de Mairena.****
Por ello, para situar bien la raíz culta de este libro, hemos tenido que puentear el impostado poético de la Ilustración, para reencontrarnos con esa tradición medieval española a la que se refiere José Martínez, aquella «poesía oral, cantada y juglaresca, que corría de boca en boca como experiencia personal y común, individual y anónima». Tradición que entronca lo juglaresco de calles y plazas con todo el mordiente jácaro de nuestra literatura bajomedieval, renacentista y barroca, que cuaja como «la de los Siglos de Oro». Tradición culta hispana que no sólo nunca despreció lo popular, sino que de su fuerza se nutría y con ella se salvaba en muchas ocasiones. Una poesía magnífica y sin parangón, que lo fue precisamente porque tocaba el cielo con las manos untadas del fango del pícaro suelo que le servía de levadura. Y en las páginas de cuyos autores, la mayoría conversos, se escribió la gloria de nuestra literatura. Poesía culta española que tanto se crecía y miraba, no ya sólo en la colectiva y popular, sino incluso en la canalla marginalidad individualizada de guitones,***** jácaros y hampones.
Pues esa es la sabiduría culta que vive en esta obra de Ginés Jorquera, la que le llegó, desde nuestro Barroco, «nutrida de lírica popular española, especialmente andaluza». Así, la tradición culta que anida en esta obra no es la ilustrada, como bien veréis que dice José Martínez, sino la española, como bien oiréis a través de ella a Cervantes y a Quevedo, según los convoca a su estudio José Javier León. Quien la rastrea, con algunos dichosos hallazgos cervantinos, «los menos evidentes», desde luego. Porque la evidencia de los quevedescos es obvia, dado que el componente trágico existencial de don Francisco se aviene con el drama de lo jondo y, por ello, salta a la vista en las casi paráfrasis de Ginés Jorquera por siguiriyas:
Se quebraron los puntales
que mi casa sostenían.
Cosita ya no terelo
que pueda decir que es mía.
Mientras que las referencias cervantinas están más escondidas, serpentean por terrenos más sutiles en la conceptualización poética de Jorquera. Y es en esta tarea en la que, sin pensarlo ni preverlo, José Javier León me devuelve el encuentro permanente entre Ginés Jorquera y su pasión por Cervantes y Quijote, encuentro que vive en mi memoria poética y mi memoria biográfica.******
José Javier León aprecia que «tal vez lo más original del corpus poético jondo de Ginés Jorquera sea la filiación expresa con fuentes de naturaleza culta». Fuentes que están por todo el poemario, aunque «Jorquera revela expresamente las que provienen de dos de los clásicos castellanos más canónicos, Cervantes y Quevedo, develando uno de los procedimientos básicos de la factura de la copla popular, en la que el ori- gen culto llega a olvidarse por una preceptiva de canto rodado». Y así, rodando los siglos, nos encontramos con Sancho en esa «misericordia de vino», por mendicantes soleares gitanas:
Abrasaíto de sed,
de puerta en puerta mendigo,
y nadie tiene pa mí
misericordia de vino.
Así mismo, destaca José Javier León la raíz culta de la épica comarcal, que en Jorquera es levantina y minera, como lo es de propia nación donde quiera que sea. Porque «… ¿qué épica, de Uruk a Sierra Morena y de Micenas y Tirinto a Tlapehuala, no ha brotado del suelo amarillo y árido del terruño?».
Finalmente, quiero anotar que también en la épica lírica bíblica de religión, y en la poética de los marginados sociales de redención, encontraremos ese puente de lo culto a lo popular de ida y vuelta, fabricado con versos jondos. Puente que José Martínez, José Javier León y yo misma hemos transitado, antes de presentarlo a estudiosos y lectores, cantaores y aficionados y artistas plásticos… Que tendrán su palabra y la última sobre esta «sabiduría jonda» de Ginés Jorquera. La que, por muy alto que piense en cielos, siempre pisa la tierra. La que bebe en el abrevadero de nuestra lírica, culta y popular. Siempre emocionando con palabras de nuestras lenguas hispanas, gitanas e indianas: las que ponen forma métrica y expresión flamenca a la sustancia de nuestro pensamiento poético tradicional.
* La poesía lírica no es culta o popular por el autor,...
sino por su propia naturaleza poética, métrica sobre todo, léxico, economía de medios para expresar sentimientos de forma certera… Así, las coplas recogidas en Cancioneros y Romanceros o de transmisión oral son tradicionales, porque en ellas se retroalimenta la creación de poeta culto con la aportación de la transmisión oral popular. La mayoría de las veces son anónimas, lo cual no quiere decir que hayan sido creadas por autor ágrafo, todo lo contrario: cuanta más depuración estilística popular más presencia de autor culto implican. Aunque la versión más depurada la alcance muchas veces el tiempo y la oralidad, lo que termina convirtiendo los versos en anónimos. ↵
** Guerra cultural contra la tradición...
que crecía en el enfrentamiento bélico entre borbónicos y austracistas por la Corona española. Vencidos los Austrias, había que olvidar su herencia cultural, despreciada por su mestizaje y oscura contaminación étnica. Después, los Borbones se españolizarían contra los constitucionalistas liberales españoles, herederos de la Ilustración, hasta llegar a tener nada menos que una «reina castiza». ↵
*** Oportuno recordar aquí que...
Antonio y Manuel Machado aprendieron a leer en la Colección de romances antiguos recopilados «por su buen tío» Agustín Durán (1789-1862), el primero en percibir que de Alemania procedía «la nueva tendencia —el romanticismo antiilustrado— que llegaba hasta tierra hispana». El Discurso sobre el influjo que ha tenido la crítica moderna en la decadencia del antiguo teatro español, de 1828, es el documento más antiguo para una nueva mirada sobre nuestra literatura culta y popular, juzgada como manifestación del espíritu romántico del pueblo español. Bajo la influencia de Durán nos encontraremos a Estébanez Calderón buscando «romances o corridos» en la Triana gitana de 1831. E incluso el fervor romancero de Federico García Lorca. ↵
**** José Martínez enumera Colecciones,...
desde la de Don Preciso, de finales del siglo xviii, y desde La soledad de Ferrán y la obra de «Demófilo», Balmaseda, Rodríguez Marín y Manuel Machado, pasando por la admiración de tantos y tantos poetas…, hasta volver a coplas de autor y, de nuevo, a recopilaciones y estudios que relacionan la poesía flamenca con la lírica popular. ↵
***** Arcaísmo español...
de donde procede la palabra «gitano». ↵
****** De tantos viajes y lecturas compartidos...
por las rutas de Quevedo y de Cervantes, de paradas en lugares emblemáticos, de correspondientes lecturas de capítulos sobre La Mancha solana: Argamasilla de Alba, Ruidera, Molino de Batanes, Cueva de Montesinos, Puerto Lápice, El Toboso… ↵
TODAS LAS COPLAS, TODA UNA VIDA
José Javier León
Licenciado en Filología Hispánica y doctor en Literatura Española, con una tesis sobre el duende lorquiano, José Javier León ha sido profesor, además de en escuelas y programas universitarios en España, en Bennington College, Vermont (Estados Unidos) y en la Universidad de Leeds (Reino Unido). Como director de la empresa Prometeo, organizó y dirigió cursos de cultura y metodología para profesores europeos de español. Ha sido frecuentemente invitado a impartir conferencias, seminarios y talleres por Europa y América. En la actualidad, es profesor de lengua y cultura, literatura contemporánea, flamenco y canción española en el Centro de Lenguas Modernas de la Universidad de Granada, y participa como docente de cursos de posgrado (Enseñanza de la literatura y Arte flamenco). Entre sus publicaciones destacan: Compás de extranjería, (Granada: Comares, 2008), Caleidoscopio-1 (Madrid: enClave-ELE, 2016) y El duende, hallazgo y cliché y la primera edición crítica anotada de Juego y teoría del duende de Federico García Lorca, (Sevilla: Athenaica, Ediciones Universitarias, 2018). De 2020 son La sangre derramada. Ecos de la tauromaquia de Sánchez Mejías en García Lorca, seguida de El pase de la muerte, de Mejías (Sevilla: Athenaica), su edición de la conferencia sobre las nanas de Lorca (Logroño: Pepitas Editorial) y el volumen misceláneo de asuntos flamencos y lorquianos De Federico a Silverio, con amor (Granada: Universidad).
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SABIDURÍA JONDA
José Martínez Hernández

Archivo PDF de las páginas que reproducen la introducción de José Martínez Hernández al libro.
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José Martínez Hernández es Doctor en Filosofía y Catedrático de Bachillerato feliz- mente jubilado. Ha publicado ensayos de Filosofía tales como Monólogos de Narciso, La experiencia trágica de la muerte y El legado de Sócrates. Ha sido codirector del Aula de Flamenco de la Universidad de Murcia y durante varios años miembro del jurado del Festival Internacional del Cante de las Minas de La Unión (Murcia). Ha participado en diversos congresos, cursos y conferencias sobre Flamenco en toda la geografía nacional, sobre todo en el ámbito universitario: Universidad de Murcia, de Málaga, Internacional de Andalucía de Sevilla, CEU San Pablo, Carlos III y Complutense de Madrid, e Internacional Menéndez Pelayo de Santander, entre otras. Ha sido profesor de Historia y Estética del Flamenco en el Conservatorio Superior de Música de Murcia dentro de la especialidad de Guitarra Flamenca. Ha publicado trabajos sobre Flamenco en obras colectivas como El Papa flamenco (Textos en Homenaje a D. Antonio Chacón), Rito y geografía del cante, El flamenco en la cultura española, Chano Lobato, el duende, la gracia y los dones, Pequeña gran historia del flamenco y D. Antonio Piñana, una voluntad flamenca. Ha escrito cuatro libros sobre Flamenco: Manual Básico del Flamenco, El cante flamenco (la voz honda y libre), Poesía flamenca (en colaboración con Félix Grande) y Poética del cante jondo. Filosofía y Estética del Flamenco. Su último libro, publicado en 2019, es un ensayo sobre la filosofía poética en Juan de Mairena titulado Antonio Machado, un pensador poético.
Reseñas
José María Pozuelo Yvancos*
Ginés Jorquera: lírica tradicional y cante jondo
Publicado el 5.06.2021 en la web zendalibros.com
Enlace a la página que reproduce la crítica literaria de José María Pozuelo Yvancos.
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Publicado el 15.05.2021 en el diario La Verdad de Murcia
Archivo PDF de la página que reproduce la crítica literaria de José María Pozuelo Yvancos.
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* José María Pozuelo Yvancos
José María Pozuelo Yvancos (1952) es un teórico y crítico literario español, catedrático de Teoría de la Literatura y Literatura comparada en la Universidad de Murcia desde 1983. Además de sus artículos y monografías especializadas (entre las que se incluyen Poética de la ficción, Teoría del canon y literatura española, De la Autobiografía y Novela española del siglo XXI), José María Pozuelo colabora en el Suplemento Cultural del periódico ABC con reseñas de obras de literatura española actual.
Francisco J. Escobar*
Poesía melográfica y artes plásticas en la estética de lo jondo de Ginés Jorquera
Publicado el 17.01.2022 en la revista online Flamme de la universidad de Limoges
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* Francisco J. Escobar
Profesor titular de Literatura Española en la Universidad de Sevilla. Desde este prisma académico, ha dedicado trabajos de investigación al pensamiento estético y obra de clásicos áureos, prestando especial atención tanto al Humanismo como a la pervivencia de la tradición clásica en el Siglo de Oro. Respecto a la investigación en Literatura Española Contemporánea, ha centrado su interés en el Modernismo y la Literatura de la segunda mitad del siglo XX, con preferencia por el imaginario estético de Valente.
Destaca su investigación y docencia especializada en flamenco y otras músicas de tradición oral. A este respecto, viene asumiendo la codirección de Enclaves. Revista de Literatura, Música y Artes Escénicas (US), y de la colección Flamenco de la Editorial de la Universidad de Sevilla (EUS), con obtención del premio nacional a la mejor colección en ediciones universitarias españolas. En lo que atañe a emisiones radiofónicas, es responsable del ciclo Guitarra flamenca: diapasón y trastes (Flamencoradio, Canal Sur y RTVA).
En esta línea de investigación circunscrita a procesos de composición y creatividad artística entre música y literatura, ha publicado sus obras discográficas A contratiempo (2009), Palimpsesto. Morente in memoriam (2012), Eurídice XXI (2014), Miniaturas espirituales para niños (Suite en dos movimientos), en Anjara. Musica del mondo per Jangany (2016), y Támiris (2022).
José Luis Navarro*
Letras del arte jondo
Publicado el 01.06.2021 en el blog
La Musa y el Duende
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José Sánchez Conesa*
Letras del arte jondo de Ginés Jorquera
Publicado el 14.07.2021 en el diario La Verdad de Murcia
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* José Sánchez Conesa
CRONISTA OFICIAL DE CARTAGENA. Licenciado en Historia Moderna y Contemporánea y Doctor en Antropología Social y Cultural por la UMU. Master en Gestión Cultural por la Universidad Abierta de Cataluña. Ha cursado estudios de Graduado Social y de Teología. Es profesor de la asignatura “Cultura popular del Campo de Cartagena” en la UPCT, y como profesor invitado ha participado en clases magistrales sobre historia y tradiciones de la comarca de Cartagena. Espacio académico en el cual desarrolla actividades relacionadas con la antropología de la comarca, así como en cursos de “Escuela y Folklore” para docentes. Su actividad en formación ha sido constante a lo largo de los años y se continúa en el presente como ponente en cursos, congresos y actividades diversas en el ámbito de nuestra cultura tradicional.
José Cenizo Jiménez*
Homenaje y reencuentro con Ginés Jorquera
Publicado en 2022 en Jondoweb
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* José Cenizo Jiménez
José Cenizo (Paradas,Sevilla, 1961) es Doctor en Filología Hispánica por la Universidad de Sevilla y profesor de Lengua Castellana y Literatura (E. Secundaria) y de Teoría de la Literatura en la Facultad de Filología de la Universidad de Sevilla. Ejerce como crítico literario (El Correo de Andalucía, Diario Málaga-Costa del Sol, Renacimiento, Archivo Hispalense, Anthropos), especializado en poesía y en la obra de Rafael Porlán. Es un divulgador del Flamenco en aspectos didácticos, creativos, peñísticos e investigadores. Letrista prolífico, tiene publicadas muchas de sus coplas en coedición en el libro “De la tierra al aire” (1992) y otras grabadas por Calixto Sánchez en “La poesía del Flamenco”, revista Litoral de Málaga, 2005, y es Premio de Letras Flamencas del Concurso Internacional de Letras Flamencas de Barakaldo (Vizcaya) y del Festival de las Minas de La Unión (Murcia). Además, en el terreno de la didáctica, es profesor del curso “Introducción al Flamenco” de la Fundación Cristina Heeren de Sevilla. En el campo investigador es Premio de Periodismo e Investigación “Antonio Mairena” 1995 y de “Prosa” 2001 del Festival de La Unión); Premio de investigación “Relaciones entre Málaga y Córdoba” 1996, con el trabajo “La serrana y el verdial, abrazo jondo entre Málaga y Córdoba” y del de Investigación sobre la serrana 2001. Tiene una amplia lista de publicaciones, especialmente en torno a la letra flamenca. Es colaborador habitual de las revistas El Olivo, Sevilla Flamenca, Candil y Revista de Flamencología de la Cátedra de Jerez. Debe su afición al cante a sus veladas de juventud escuchando en su pueblo al cantaor Miguel Vargas.
Rafael Núñez*
La conexión de las coplas del flamenco con la lírica tradicional española
«Estimados amigos flamencos: os doy noticias -y recomiendo- un libro sobre un tema que siempre me ha apasionado y sobre el que durante unos años recopilé abundante bibliografía y documentación y dejé para cuando me jubilara (es decir, para nunca): la conexión de las coplas del flamenco con la lírica tradicional española. Este libro, editado e introducido por Génesis García Gómez me ha removido profundamente aquella pasión, que empecé a sentir de jovencito leyendo las recopilaciones de Fernán Caballero y, más tarde, de Demófilo. Hay también sendos estudios introductorios de José Martínez y José Javier León sobre la lírica tradicional hispana, la lírica flamenca y el «cancionero» de Ginés Jorquera (recopilación y presentación sistematizada por Génesis de las letras flamencas de Ginés Jorquera). Enlazo a continuación a la presentación del libro expuesta en la web oficial de la Editorial Comares, editorial del libro en su Colección Música.» Presentación editorial Comares


* Rafael Núñez
Natural de Periana (Málaga), preside la Asociación Cultural de Estudios Etnográficos e Históricos la Almazara y, ahora jubilado, fue profesor de Geografía e Historia y Ciencias Sociales en la difícil Cataluña pre-pirenaica, donde fue entusiasta activista defensor de la cultura andaluzaen un entorno a menudo hostil hacia la clase obrera inmigrante y su importante acervo cultural. Tras su jubilación, promueve en Málaga, Periana y alrededores, sin apenas descanso, investigaciones antropológicas, análisis del cambio social y cultural, el aceite verdial y otra de sus grandes pasiones: el flamenco. Autor de numerosas publicaciones sobre estas materias.
Comentarios
Génesis, pedí vuestro libro en la editorial y me ha parecido magnífico. He comprendido cómo se generan los cantes. Detrás hay siempre un gran poeta que sabe como es la vida y el mundo. Me ha deparado muy buenos ratos leyéndolo. Gracias y un abrazo.
Autor de Al oeste del Sancti Spíritus
Crítica literaria y presentación de Génesis García