Libros
Mundo y Formas del Cante Flamenco
A los 60 años de su aparición
Comentarios, en formato cuestionario, de Génesis García ante la esperada reedición del libro.
Mundo y formas del flameno-Homenaje de Génesis G.. a J. A. M. Bernicola
Expresa tu opinión general acerca del libro indicando también en qué momento lo leíste.
Mundo y formas del cante flamenco, publicado en 1963, fue un libro imprescindible aquellos años y que yo lo leí en 1977. Pero, para actualizar mi memoria para este comentario, lo he vuelto a leer en 2022. Fue un libro que cambió el signo previo de Flamencología andalucista de González Climent por la gitanista de Molina y Mairena. Un libro que ha sido descalificado por el poco rigor de sus tesis al servicio del gitanismo y porque niega el pan y la sal al flamenco andaluz, algo que, por cierto, el flamencólogo Miguel Acal, que bien los conocía, me dijo que él atribuía a Ricardo Molina, pero no a Antonio Mairena.
Pero ningún libro puede analizarse, objetivamente, ni calificarse, subjetivamente, sino en el contexto en el que fue publicado. Y en el del flamenco de aquellos años, éste fue un libro muy meritorio: escrito con una firme estructura y un sólido argumentario, hizo diana en la intención de sus autores, al conseguir que la teoría andalucista de Flamencología quedara destronada en favor de la gitanista, que hasta los años 90 no fue seriamente cuestionada[1].
Hasta Machado y Álvarez, Manuel de Falla y García Lorca, el flamenco en los escritos sólo había aparecido para ser denostado como subproducto del flamenquismo. Y luego, años de silencio hasta que apareció en 1955 Flamencología, de Anselmo González Climent.
Un libro que legitimaría que entre los 50 y los 60 la atención institucional y privada al flamenco -vía Ayuntamientos, Diputaciones, Ministerios y hasta la UNESCO-, programaran actividades que llevan el sello y musicólogos andalucistas, bajo el amparo de la Flamencología citada y de la Antología del Cante Flamenco de Ducretet Thompson e Hispavox.
Pudiendo decir que hasta la aparición “escrita” de Mundo y formas del cante flamenco, en 1963, no se distinguía en el flamenco lo andaluz de lo gitano con la contundencia adquirida a partir del libro de Molina y Mairena que ahora, 60 años después, reeditamos.
Por los años 50, Antonio Mairena velaba casi en secreto las armas de la naturaleza gitana del cante flamenco, aprendiendo y legitimándose en los maestros gitanos a los que veneraba. Esto sólo lo sabían los aficionados cabales, como Antonio Fernández Díaz, “Fosforito”, quien, en 1956, siendo ganador absoluto del Concurso de Cante Flamenco de Córdoba, nacido por una idea de González Climent, presentó Antonio Mairena al poeta cordobés Ricardo Molina. La relación intelectual profesional, tan repetidamente productiva en el mundo del flamenco, culminaría en el libro de Mundo y formas del cante flamenco. Donde se establece la derivada gitanista del cante, en el sentido de que el origen, desarrollo y transmisión del cante flamenco se debía exclusivamente a familias y artistas gitanos. Y donde los cantaores payos no habían hecho sino adulterar o corromper la pureza gitana de este arte.
Y a demostrar o apuntalar eso dedicaron nuestros autores no sólo el libro, que fue piedra angular, sino otras actividades encaminadas al mismo fin: el homenaje nacional a Pastora Pavón en 1961 y la Llave de Oro para Antonio Mairena en 1962, y otras actividades posteriores a la publicación del libro:
El plan era un homenaje a Pastora, que Mairena veneraba la casa de los Pavones de Sevilla. Y, a continuación, la Llave. Al Nitri la llave se la habían dado un puñao de amigos en una fiesta. Luego se le da a Vallejo para promocionarlo, con Manuel Torre y Chacón en el escenario. Y ahora Molina piensa que la Llave tiene que recibirla Antonio Mairena, para ir dando pasos en el reconocimiento público del gitanismo como mairenismo… Antonio… hizo una obra extraordinaria a raíz de la Llave. A partir de allí, inmediatamente sale el libro, que ya estaba esperando, porque no es lo mismo, tú vas a hacer un libro Mundo y Formas del Cante Flamenco como Antonio Cruz García, que Antonio Cruz García, Llave de Oro del Cante. Es un apoyo de otra calidad, el cantaor era el mismo, pero el título era distinto. Y aparece Mundo y Formas en el 62 o el 63, a partir de allí Antonio hace una obra inmensa por el flamenco[2].
Por lo tanto, este libro, como todos los libros, hay que analizarlo en el éxito de la intención del autor y su finalidad comunicativa, que en este caso no era otra que dejar establecido que el cante flamenco no es popular andaluz, sino gitano andaluz, ocupando lo andaluz un carácter protoflamenco muy desdibujado. Sin este libro, la dialéctica entre cante payo y cante gitano no habría pasado de “preferencias” de aficionados. Pero el libro, por su naturaleza “escrita”, le dio legitimidad al gitanismo, lo que tuvo consecuencias en que cantes y cantaores gitanos tuvieron desde entonces absoluta preferencia y legitimidad sobre los cantes y cantaores payos.
Este enfrentamiento ha tenido a los largo de estos 60 años fluctuaciones y predominio alternativo de uno sobre otro. Estamos ahora en un tiempo, que empieza a ser largo, en el que los musicólogos o paramusicólogos han tomado el timón de esta dialéctica. Y apoyan mayoritariamente en sus libros el origen y naturaleza popular andaluza del arte flamenco. Pero ya se empiezan a oír reclamos gitanistas contra esta última y predominante corriente académica de opinión en el mundo del flamenco. La dialéctica sigue. Por escrito y arriba y debajo de los grandes y pequeños escenarios, que no todos los escenarios son iguales. Y su misma variedad determina el predominio de lo payo o lo gitano entre los profesionales del flamenco.
[1] Yo fui de los primeros en atender por escrito las paradojas del gitanismo y del profesionalismo en mi libro Cante flamenco, cante minero: una interpretación sociocultural, capítulos VIII y IX, poniendo a antipayistas y antigitanistas frente a frente. Anthropos. Barcelona, 1993
[2] Entrevista de Génesis García a Fosforito en 1999. Publicada en deflamenco.com en 2005. https://www.deflamenco.com/revista/especiales/especial-fosforito-1.html.
¿Qué papel consideras que ha tenido el libro en la bibliografía flamenca?
Fue determinante en su tiempo.
¿Estás de acuerdo, en líneas generales, con la teoría del flamenco expresada en la obra?
Desde el planteamiento y posición e intención comunicativa de los emisores, Molina y Mairena, totalmente de acuerdo. Ellos escribieron un libro que defiende a la perfección la teoría general del flamenco como arte gitano, hermético, inciático y profesional, que mantienen desde la primera página. Otra cosa es que otros autores puedan aportar otras teorías que añadir, complementar u oponer a ésta, como yo misma hice en su momento en mi interpretación sociocultural del cante flamenco y la pragmática cantaora del profesional.
¿Cuál es la principal aportación de este libro tanto al flamenco como a la teoría del flamenco?
Que es un modelo didáctico de libro muy logrado e imitado en los posteriores en su estructura y desarrollo formal. Y en cuanto a la teoría gitanista que inaugura ya lo he desarrollado en 1.
¿Qué contenidos del libro consideras que habrían de revisarse a la luz de la flamencología actual?
Ninguno. El libro es una unidad de comunicación ya emitida y cerrada.
Cosa distinta es que pienso es que esta nueva edición debería ser comentada por uno o más flamencólogos que analizaran o siguieran el recorrido posterior de las distintas líneas semántico pragmáticas del libro.
Personalmente, veo la necesidad de nota aclaratoria para actualizar la etimología de la palabra “flamenco”, totalmente desfasada en este libro, que se atiene a los lugares comunes y disparatados acerca de esa etimología. La que, junto a la de “gitano”, es muy productiva para situar el mundo histórico político y sociológico, acusadamente gitano y marginal, en el que nacieron los flamencos gitanos antes que el flamenco naciera.